martes, 5 de mayo de 2009

Escrito de las peñas: Sopa y Atrás

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Vivencias

No hace mucho tiempo, pero sí el suficiente como para no recordar cuanto, me paré en una calle de Yecla para ver las fiestas de San Isidro. Cuando habían pasado cinco o seis carrozas, se me acercó una chica pequeña, de unos once años, y me pregunto sobre que iban las fiestas, yo no sabía muy bien que responder; y pensé porqué una niña le preguntaría a una chica como yo de qué iban las fiestas, sería porque toda persona debe saber de que van las fiestas de su pueblo, yo lo sabía, pero no explicarlo, lo hice como pude. La chica no se iba de mi lado, sería para que le aclarara alguna duda más que pudiera tener a lo largo del desfile; pero, al rato, me dí cuenta de que en esta ocasión quien tenia la duda era yo, no ella, y le pregunté porqué entre tantas personas como había allí me había elegido a mi, para aclarar sus dudas, la chica tardo un buen rato en responderme y al final me dijo: No lo sé, supongo que será por la expresión de satisfacción y alegría que refleja tu cara. Me quede muy sorprendida ante tal respuesta, tendría once años pero al hablar parecía tener muchos más. Nos miramos durante un rato a los ojos, y desvié la mirada hacia el desfile, me estaba perdiendo la mayor parte del mismo, no sabía como se llamaba la niña, se lo pregunté; me dijo que su nombre era Susy, e inmediatamente me preguntó cual era el mío, Paula, le respondí.

El desfile había terminado y Susy había desaparecido sin darme cuenta. En ese momento y gracias a la niña, comprendí lo mucho que me gustaban estas fiestas; nunca me las había perdido, ni siquiera cuando era niña. Al año siguiente me hice de una peña de San Isidro llamada “Sopa y Atrás”. Me gustaría haber vuelto a ver a mi querida amiga, Susy, pero nunca más la vi.

Siempre que paso por esa calle, montada en mi carroza, miro para ver si Susy ha vuelto y quiere preguntarme alguna duda más sobre San Isidro y lo que significa en nuestro pueblecito.

San Isidro”, empapa a Yecla y a sus habitantes de alegría, color y satisfacción.

De: Paula Carpena Mas, 11 años.



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